Por Roberto Bahena
El amor por sus familiares que se han adelantado en el camino y el continuar con las tradiciones, son algunas de las razones que hace que la familia Ramírez Valdez, todos los años acudan al panteón Yáñez a la última morada de sus padres.
Clara Ramírez Valdez, quien este año se caracterizó de catrina, expuso que el mausoleo donde se encuentran descansando sus padres, Agripina Valdez, originaria de Guasave, Sinaloa; y Jesús Ramírez, de Acapulco Guerrero, tiene una historia curiosa, dado a que vendieron la casa de sus padres para comprar la que será su morada.
“Pusimos su altar, se vendió la casa de allá y aquí tenemos nuestra casa, ya la casa de la Olivares ya la tenemos aquí, somos 12 hermanos y tenemos 12 nichos y para enterrarnos y pues estamos honrando a mi madre que ella era fan de todas las festividades, ella hacía coronas, vendía coronas…venimos todos los hermanos, desafortunadamente ya falleció uno de mis hermanos, pero quedamos 11 y siempre en cada casa también, ponen uno más chiquito, pero éste es el bueno, aquí todo mundo viene, trae su lonche, se viene a quedar todo el día y siempre estamos aquí”, detalló.
Esta tradición, al igual que millones de mexicanos, se la han transmitido a las nuevas generaciones, pues desde los hijos, hasta los nietos, les han inculcado el amor y respeto por sus antepasados.
“Sí, los nietos también, ellos ya saben, ya dicen, mamá vas a poner el altar, vas a poner a mi viscabuela, de mis abuelas, ellos también ayudan y están emocionados, porque saben muy bien que ponemos eso porque es para honrar, ya saben ellos el significado de Día de Muertos, saben ellos que los abuelos vienen, que tenemos que ponerles la comida, el pan, que tenemos que ponerle la fruta que ellos comían y pues honrarlos y venir a estar con ellos aquí en la casa”, concluyó.
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