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AstraZeneca enfrenta nuevas sospechas, esta vez de Estados Unidos, que señala que la farmacéutica anglo-sueca pudo incluir “información desactualizada” en su reporte sobre la eficacia de su vacuna contra el Covid-19, justo cuando la pandemia se agrava en Europa y América Latina y se introducen nuevas restricciones para Semana Santa.


Fuente: El Universal


El lunes, AstraZeneca dijo que sus ensayos en más de 32 mil personas en Estados Unidos mostraron que la vacuna es eficaz en 79% para prevenir el Covid-19 sintomático y 100% para evitar las formas severas de la enfermedad y la hospitalización, garantizando además que no aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos.


La noticia fue recibida con beneplácito en el mundo, dado que esta vacuna es más barata y más fácil de almacenar que otras contra el Covid-19, pero las fanfarrias duraron poco: ayer, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Contagiosas (NIAID) señaló que una junta de control independiente que ha trabajado con la farmacéutica en la conducción de las pruebas “manifestó su preocupación porque AstraZeneca pueda haber incluido información anticuada de esa prueba”.


Por ello, el NIAID instó a la compañía a que “revise los datos sobre eficacia y asegure que cuanto antes publique los datos de eficacia más precisos y actualizados”. La vacuna aún está pendiente de ser autorizada en Estados Unidos. El gigante farmacéutico defendió su evaluación, pero señaló que publicará nuevos datos en un lapso de “48 horas”.


La sospecha se suma a la incertidumbre que generaron casos aislados de coágulos sanguíneos en personas que se vacunaron con AstraZeneca, lo que llevó a 15 países europeos a suspender su aplicación hasta que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) determinó que la sustancia es segura y eficaz.


La desconfianza continúa. En Francia, se investiga la muerte de un estudiante de Medicina de 26 años días después de recibir la vacuna, aunque las autoridades enfatizaron que aún no se había establecido ningún vínculo. Lo cierto es que todas estas noticias han tenido su impacto: una encuesta de la firma YouGov mostró que una mayoría de consultados en los principales países europeos dudan que la vacuna sea segura.


Y eso se suma al enojo de los gobiernos europeos porque el laboratorio cumplió con las entregas prometidas a Reino Unido, pero no con la Unión Europea, que recibió sólo 30% de las dosis prometidas para el primer trimestre.


La presión es mayor porque la situación sanitaria empeora en Europa como en el mundo, donde las muertes treparon a 2.7 millones. Alemania, donde crecen los contagios, anunció que reforzará el confinamiento durante Semana Santa. La canciller Angela Merkel dijo que se vive una “nueva pandemia” por la variante británica. La mayoría de comercios cerrarán y los oficios religiosos se cancelarán del 1 al 5 de abril.


En Francia, donde rigen nuevas restricciones, se abrirán 35 grandes centros de vacunación “en los próximos días” para acelerar el ritmo de las inyecciones. Holanda extendió restricciones hasta el 20 de abril.


Países como Grecia y Reino Unido recordaron el aniversario de que decretaron su primera cuarentena por la pandemia de coronavirus. Los británicos guardaron un minuto de silencio en homenaje a sus 120 mil muertos.


Mientras, en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro intentó tranquilizar a la gente con la convicción de que “en breve” el país “será autosuficiente” en la producción de vacunas anti-Covid, mientras la nación superó por primera vez las 3 mil muertes diarias por el virus.


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